El primer jueves de noviembre fue establecido por la UNESCO como el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la Escuela, incluido el Ciberacoso, con el objeto de sensibilizar a la sociedad sobre este fenómeno que afecta la salud integral de niñas, niños y adolescentes.
Llamamos acoso entre pares o acoso en la escuela al maltrato que, de manera reiterada y sistemática, recibe un chico/a o grupo de chicos/as por parte de otros/as, en función de una relación asimétrica de poder que es necesario entender como atravesada por otras lógicas de dominación hegemónicas (de géneros, de clase, etc.). Es importante no subestimar este tipo de agresiones porque, incluso cuando se dan en la virtualidad, tienen consecuencias que pueden ser graves en la salud psíquica y/o física de las personas que lo padecen. En el acoso intervienen quienes lo ejercen, quienes lo reciben y otros chicos y chicas que presencian las agresiones de manera pasiva o promoviendo y festejando su ocurrencia. Las agresiones pueden ser explícitas o sutiles, desde golpes o empujones hasta segregación, amenazas, humillaciones, insultos, rumores o burlas.
Es imprescindible comprender que este fenómeno no es el producto de las características personales de quienes participan en el rol de acosadores o víctimas, sino la resultante de un sistema complejo de relaciones situadas y contextualizadas donde se asumen roles que responden a múltiples factores. Este sistema fundamentalmente interpela al mundo adulto para su desarticulación a través de una intervención adecuada, que indague sobre las prácticas vinculares, sociales e institucionales, y que brinde posibilidades transformadoras al grupo y a sus integrantes. En este sentido, la implementación efectiva de la ESI juega un papel sustancial.
La problemática del acoso puede tener origen en el ámbito escolar o en otros espacios físicos de interacción y continuarse por medio del uso de dispositivos tecnológicos o, a la inversa, comenzar a producirse de manera virtual y reforzarse en el encuentro presencial.
Este año, el lema propuesto por la UNESCO es el de Luchar contra el ciberacoso y otras formas de violencia en línea que involucran a niños, niñas y jóvenes.
En sintonía con esta premisa, consideramos relevante señalar que en el ecosistema comunicacional actual, que involucra la simultaneidad de pantallas, redes y dispositivos, la inmediatez del envío y recepción de mensajes y la potencia de la viralización, las agresiones ejercidas entre pares escalan rápidamente, al tiempo que vuelven más difícil la mediación de las personas adultas para su desarticulación. A esa dificultad se agrega la situación de que muchos de los vínculos que chicas y chicos entablan en el ámbito de los juegos en línea y las redes lo son con pares con quienes no tienen contacto por fuera de la virtualidad.
El período de pandemia mundial del COVID-19 obligó a las autoridades a definir diversas estrategias de salud pública que, en mayor o menor medida, y en función de la situación sanitaria de cada territorio, hizo que gran parte de las actividades habituales se vieran trasladadas al interior de los hogares. Las infancias y adolescencias no estuvieron ajenas a ello. Por el contrario, además de la adaptación a modalidades educativas de carácter virtual, la vida social de las chicas y los chicos se vio necesariamente reducida para evitar la propagación del virus, profundizando así su participación y exposición en los entornos digitales.
Este panorama convoca a todos los sectores vinculados a la educación, a la comunicación y a los derechos de las infancias y adolescencias a trabajar de manera prioritaria en materia de alfabetización mediática, educomunicación y construcción de ciudadanía digital, para alentar buenas prácticas en redes y espacios virtuales, así como la consolidación de vínculos respetuosos en los espacios de interacción presencial.
Entendiendo la comunicación como derecho humano y servicio de interés público, los medios tradicionales y las plataformas digitales tienen la posibilidad de ejercer un papel de relevancia para acompañar estas acciones con enfoques de la problemática que desalienten los discursos de odio, la discriminación, la estigmatización y las posturas punitivistas. Apelamos a que se constituyan en vehículos que permitan sensibilizar y visibilizar el fenómeno del acoso y el ciberacoso, abordando el tema de manera integral y promoviendo la participación y la valoración de todas las chicas y los chicos, adolescentes y jóvenes en su singularidad y como integrantes del espacio común, del aula o de los ámbitos de actividad en que se desenvuelven en su comunidad, fomentando el desarrollo de subjetividades libres de violencia y modos de convivencia democráticos, inclusivos y solidarios.
Dra. Dolores Espeja
Coordinadora Consejo Asesor de la Comunicación Audiovisual y la Infancia.
Mini bio:
Es coordinadora del CONACAI (ENACOM). Guionista cinematográfica (Universidad del Cine) y abogada (UBA). Profesora de Guion en la Univ. del Cine y en la Univ. de Belgrano. Integra el equipo docente de Criminología en Derecho UBA (cátedra Dr. Slokar-Dra. Gusis). Realizó estudios de posproducción de imagen en España e Italia, Posgrado de Nuevas Tecnologías Multimedia y Educación (Univ. Autónoma de Barcelona) y Post Diploma en Creatividad y Multimedia (Fondo Social Europeo), y estudios de montaje audiovisual en la Scuola Civica di Milano. Es maestranda de Comunicación y Criminología Mediática en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (Dir.: Dr. R. E. Zaffaroni). Escribió poesía, cine, teatro y diversos formatos televisivos.