[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=vNzhJqP_Pxw[/youtube]

 

Octubre 2012

El Observatorio de la Discriminación en Radio y Televisión ha recibido diversos reclamos por los comentarios de uno de los panelistas del programa “Mauro 360º” que conduce Mauro Viale y que se emite de 6 a 9:30 por 24 com y en dúplex desde las 8 por América2. En la emisión de los días 23 y 24 de septiembre, el periodista José Hernández (Gaucho) realizó comentarios de una fuerte carga transfóbica.

En el primer segmento analizado, Tomás Dente, panelista del programa conducido por Mauro Viale, habla en off mientras que en pantalla se ven imágenes del programa infantil de Agustina Brisel (Burbujitas). “Ella es Burbujitas, el primer travesti que tiene el primer programa de televisión en el mundo, el programa favorito de los hijitos de D’ Amore (Darío D’Amore, otro panelista).
Si bien corresponde referirse a las personas trans respetando su identidad de género, es decir, usando el artículo (masculino o femenino) que corresponde a la apariencia e identidad asumida por la persona, saludamos el hecho de que el primer presentador luego interpela a su compañero por su trato transfóbico. A partir de este momento, comienza un intercambio entre los panelistas que pone en tensión los derechos de las personas trans.
Sucede luego un pequeño debate en torno a qué harían si sus hijos/as tuvieran una profesora trans. José Hernández acota, mofándose, que le diría “profesor”.
En pantalla se ve una foto de Burbujitas y Dente comenta, “miren qué bella que es, es uno de los travestis más lindos que hay”.
El Gaucho interviene, “no es una mujer, no le digas bella porque no es una mujer, es un hombre”. Dente le responde: “para la ley ya es una mujer”. Sin embargo, su compañero, visiblemente incómodo, insiste con sus comentarios, entre otros: “estas cosas raras no van, el hombre nació hombre y la mujer, mujer”.
Después del corte siguen discutiendo en torno a la idea de que sus hijos eventualmente puedan tener una maestra trans. El Gaucho continúa defendiendo su posición en contra del colectivo: “no me va esta situación de que nací hombre y me visto de mujer”.
El debate continúa el día siguiente, esta vez con la presencia de Agustina Brisel para que tenga “derecho a réplica”. El Gaucho continúa con sus insultos: “(…) “Estoy informando que te llamás Agustín, no Agustina. Nació con cuerpo de hombre, es hombre”.
Tomás Dente explica: “Hay una ley de género que establece que todos los travestis y los trans pueden tener su DNI acorde a lo que sienten. Punto. No sé qué es lo que estamos discutiendo. Prejuicio es lo que estamos discutiendo”.
(…)
“¿Sabés cuánta gente tiene 10 ó 15 documentos?” interpela José Hernández, comparando los documentos que certifican la identidad de género de las personas trans con documentos falsificados. Este último comentario deja en claro el desdén que el periodista tiene acerca de la conquista de la identidades de género diversas y su concepto estigmatizante y criminalizante sobre las mismas.
La Ley de Identidad de Género (Ley N° 26743) sancionada este año es un reclamo de larga data de las organizaciones de la diversidad sexual. Reconoce la identidad de género auto-percibida por parte de las personas trans. Esta ley permite el cambio registral del DNI a través de un simple acto administrativo que no requiere ni la cirugía de reasignación sexual ni la intervención de profesionales médicos/as y psiquiatras, ni un largo trámite judicial. A partir de contar con esta documentación las personas que forman parte de este colectivo pueden ejercer plenamente una multiplicidad de derechos que hasta la sanción y promulgación de la ley les habían sido vedados.
Históricamente, uno de los reclamos más frecuentes que recibe este Observatorio es por la insistencia en tratar a mujeres trans como varones, lo cual resulta altamente ofensivo. Los medios pueden en ocasiones producir y reproducir miradas discriminatorias y contribuir a la construcción de los prejuicios. Por esta razón, este Observatorio reitera algunas de las recomendaciones para el abordaje correcto y respetuoso de la identidad y expresión de género. Entendemos que las personas pueden no tener como finalidad discriminar y sin embargo hacerlo por reproducción de estereotipos, por esta razón es necesario el uso de un lenguaje adecuado. Sin embargo, en el caso que nos toca analizar hoy, pareciera haber cierta intención por ofender a la actriz.
Una práctica social discriminatoria se relaciona con la creación y/o colaboración en la difusión de estereotipos de cualquier grupo humano por características reales o imaginarias, sean éstas del tipo que fueren, sean éstas positivas o negativas y se vinculen a características innatas o adquiridas. Las prácticas sociales discriminatorias no se explican por ninguna característica que posea la víctima de dichas prácticas, sino por las características del grupo social, sociedad o Estado que lleva a cabo el proceso discriminatorio.
Las personas con identidades, expresiones de género, orientación o prácticas sexuales no normativas figuran entre los colectivos más discriminados en nuestra sociedad, a los cuales se les reservan etiquetas negativas y epítetos peyorativos y ofensivos. Este sentimiento de rechazo y desprecio, puede en ocasiones, llegar a la violencia física, la agresión y hasta el exterminio.
El término “trans” (travestis, transexuales, transgénero) suele utilizarse para designar personas cuya identidad expresión de género difiere de la identidad de género o sexualización socialmente asignada. Se trata de un colectivo que ha sido históricamente excluido de las políticas públicas y es objeto de la violencia y abuso a los derechos humanos.
En conclusión, este Observatorio manifiesta su preocupación ante la falta de información, la espectacularización de la diversidad sexual y la banalización de los problemas propios del colectivo, el uso de términos o construcciones gramaticales abiertamente discriminatorias (ejemplos: “puto”, “maricón”, uso del masculino para referirse a travestis y personas trans), los estereotipos y la burla sobre la identidad de género o la orientación sexual y la construcción de escenas de pánico moral y sexual.
Los medios de comunicación pueden tanto ayudar a fortalecer los estereotipos discriminatorios como aportar constructivamente para la legitimación de la diversidad sexual. Sin embargo, estos espacios comunicacionales suelen estar reservados para un número reducido de personas y no para la gran mayoría que sufre la discriminación cotidianamente.

En tanto se han recibido reclamos por el mismo tema respecto de conceptos vertidos por el periodista Eduardo Serenellini de Canal 26, en igual sentido, este informe también se hará llegar a dicha redacción periodística. A continuación se detalla el contenido:

E.S      –¿Viste que un travesti va a hacer un programa para los chicos?

E.H     –Ya con la cara que ponés ya tengo tu opinión.

E.S       -Genial, eso habla muy bien de mí, se ve que la gente ya me conoce, no como un veleta, no que me gusten los travestis, algunos que no me conozcan podrán pensar lo contrario.

E.S      –Ayer lo discutimos fuerte, acá. En Tómalo con calma, fuerte, por posiciones encontradas.

E.H:    – ¿Quién lo presentó?

E:S      -No sé…Lo presentó Lorena.   A mi me parece mal.  Un travesti que va a hacer un programa para chicos, a mi me parece mal, porque ya saben, los travestis los respeto, no los acepto. Para mí. Nada más. Imagino que mucha gente que tiene nenes chiquitos, ponele, ver en tele a un travesti que hace…Me lo comparaban con Panam , con Adriana… A vos que te parece? Eran cosas totalmente distintas.

E:H:    -Tendría que verlo

(Pasan un fragmento del programa)

E.S:     -Es un programa para chicos.

E:H:    -¡Es cualquier cosa esto chicos!

E.S      -Coincidimos? Bueno a tu compañero Leandro le parece bien, el día que tenga hijos no tiene problema de ponerlo ahí frente…Vení Leandro, vení y contalo vos. El tema es que no respetan a aquellos que no estamos de acuerdo, bueno, que se le va ahacer?

Leandro-  No, ¿Pero quien no respeta? Yo respeto todas las posiciones. Yo no te quiero convencer, nadie quiere convencer a nadie.

E:S: Bueno, No me gusta, A voste gusta, se terminó el problema. Pero eso no está bien.

E:H     – Pero esto es cualquier cosa chicos…sí.

E.S Pero a mi me parece una falta, ante los chicos chiquitos, cómo le explicas a un chiquitín qué es un travesti el que está en televisión?

Leandro          -Que es un señor, un varón,  que nació varón pero que le gusta ser mujer.

E:H     – Los chicos resuelven las cosas mucho mas fáciles que los adultos que son los que se hacen más los rollos.  En este caso este travesti se hizo conocido se hizo  por inventar una historia con Martín Palermo

E.S:  -¿Conocido o conocida? Parecés mi amigo que le dicen sartén, no sabés si es “el” o “la”…

E:H- Conocida., por inventar una historia que nunca ocurrió con Martín Palermo, le han hecho un juicio y ella pidió disculpas, en realidad su ingreso al medio de comunicación es nefasto.

Leandro          – La gente que tiene prejuicios y en algún caso como vos decís se hacen un rollo y tienen muchas estructuras… a lo mejor también tienen miedo…

E:S      – Ahí estás descalificando porque me lo estás diciendo a mi directamente, me estás diciendo Prejuicio, prejuicioso,

Leandro          -Pero eso no esta mal, todo el mundo tiene prejuicios y estructuras.

E.S: ¿Entonces por que decís la gente que tiene prejuicios si todo el mundo tiene prejuicios?

Leandro          -Lo que quiero decir es que aquel que se hace mucho rollo a lo mejor no sabe cómo expicarle a los chicos, a lo mejor es una cuestión personal,  de miedo…

E:S Qué se yo, para mí es tan sencillo, a ver: No corresponde que un travesti haga un programa para chicos.  Me parece a mí…la verdad…yo jamás pondría un chico mío ni un nieto, en su casa que hagan lo que quieran, a mi me parece esto un horror. Nada más…vamos al móvil…

 

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=iaIzIWc_x-Y[/youtube]
Recomendaciones


a) Cuestionar los estereotipos que el sentido común establece en relación con la desigualdad y las diferencias haciendo visible que las imágenes binarias, construidas a partir de rasgos asignados a mujeres y varones como características constantes, atemporales y ahistóricas de “lo femenino” y “lo masculino”. Esta tipología es la que habilita la burla y el desprecio hacia prácticas que no responden a los parámetros de “normalidad” (hombre blanco, heterosexual, de clase media). En la medida en que los estereotipos son usados para afirmar la aparente “regularidad” de una situación, hay que tener presente que limitan a los sujetos a un espectro restringido de actuaciones o acciones o profesiones que luego se naturalizan como “lo real”. Por ejemplo cuando se restringe las prácticas de colectivos identitarios trans al espectáculo o la prostitución. Se plantean situaciones similares en los estereotipos del gay peluquero o decorador, la lesbiana deportista, el o la afrodescendiente bailarín/a.
b) Evitar los abordajes que plantean “las dos campanas del problema” y ponen en igualdad de posición los prejuicios y enunciados discriminatorios con los no discriminatorios. No se pueden considerar las aseveraciones a favor de la discriminación y los enunciados antidiscriminatorios como argumentos igualmente válidos y atendibles. Es frecuente que, como justificación de este enfoque, se recurra a la famosa teoría de “las dos campanas” o al imperativo de la búsqueda de una cobertura mediática lo más “objetiva” o “ecuánime” posible. Los abordajes sobre temas discriminatorios se deben contextualizar siempre en los debates sobre el acceso a derechos humanos y no presentarlos como meros “intercambios de opiniones”. Tanto la supuesta objetividad como la teoría de las dos campanas sostienen y legitiman, ideológicamente, la desigualdad de clase, la criminalización y la represión de los individuos y colectivos involucrados.
d) Parte de la responsabilidad periodística es contextualizar las prácticas discriminatorias aunque gocen de popularidad o aceptación por las situaciones en las que son producidas y consideradas como “excepcionales” o incluso “triviales” cuando constituyen acciones que deben discutirse en el marco político de sus efectos ideológicos.
e) Considerar las designaciones discriminatorias como tales, señalarlas críticamente contra el carácter extendido y naturalizado de su uso cotidiano.
f) Consultar con los movimientos antidiscriminatorios y antirrepresivos o con los colectivos involucrados cuando se informa sobre historias, experiencias o situaciones relacionadas con personas pertenecientes a esos colectivos.
g) Las imágenes y los discursos de los medios de comunicación se basan, en gran medida, en la exposición de historias individuales que exhiben las diferencias de razas, nacionalidades, géneros u orientaciones y prácticas sexuales no normativas como “pintoresquismo”, “nota de color” o “historia de vida”. Esto es un modo de descalificarlas y, simultáneamente, de eliminar la reflexión sobre las condiciones de pobreza, marginalidad y exclusión que implican.

Abordajes correctos


– Uso de pronombres: La única manera respetuosa de aludir a las personas trans es respetando su identidad de género, es decir, usar el pronombre (masculino o femenino) con que se designan estas personas.
– Uso de nombres propios: se debe usar siempre el nombre con el que la persona se presenta. Sólo se puede indicar el nombre de documento en el caso en que lo requiera la persona en su testimonio acordado.
– Sugerimos indicar la condición de persona trans sólo si es relevante y necesario para la historia y de acuerdo con un testimonio que haya obtenido el debido consentimiento.

 

Bibliografía 


• Instituto Nacional contra las Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, Hacia un plan nacional contra la discriminación. La discriminación en Argentina. Diagnósticos y propuestas, INADI, Buenos Aires, 2008, pág.111; Berkins, Lohana (coord.). Cumbia, Copeteo y Lágrimas. Informe nacional sobre la situación de las travestis, transexuales y transgéneros. Buenos Aires: Ed. ALITT, 2008
• INADI, Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación. La discriminación en Argentina. Diagnóstico y propuestas (2005), Buenos Aires, Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Instituto Nacional contra la Discriminación, p. 166
• Área Queer, Medios de Comunicación y Discriminación: Desigualdad de Clase y Diferencias de Identidades y Expresiones de Géneros y Orientaciones Sexuales en los Medios de Comunicación, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 2007.